218Hilos de ideas.
tenues vestigios de los seres en sí.
Abrirse apenas en llamadas de auxilio,
hacia otros,
pidiendo amor, pidiendo vida,
queriendo darse,
compartir.
Como perfumes en el aire
se captan las llamadas:
suaves, dulces, vacilantes,
entre el deseo y el temor
y uno tiene que callar,
aún entendiendo,
porque se tiene miedo
o se quedó sin voz.
Extrañas pulsaciones,
percepción escondida:
se tocan vida a vida,
suave, lentamente,
como un hilo al caer.
Pero el impulso existe,
el ser pasa y no vuelve,
el misterio se capta,
trasciende.
Más es sólo un instante,
un largo o breve instante,
según se quiera ver.
Y después… la distancia,
lo negado, el olvido,
la soledad en ciernes
que siempre irá a volver…
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