233Verde mar
que destierra el beso de la noche opaca
y surge, entre las aguas sembradoras de espumas,
como ágil sortilegio de sueños ya cumplidos.
¿Quién rompió la mañana cantando entre las rocas
donde el río toca su sonata de frío
y el rescoldo del sol alumbra el agua
para decirle al pez que escape de sus trinos?.
Si el ser vagara dulce por el llanto
de tanta risa que el tiempo ha desoído
y siguiéndole el rastro a la tristeza
gimiera en el amor ya conseguido:
sí al final el rostro se mojara
con lagrimas de sal, pimienta y vino
y se pudiera escoger a algunas olas
que llevaran al mar los tiempos idos.
Si mi alma supiera donde el viento
empuja la verdad que siembra vida,
recogería en mi seno la belleza
de saber que he llorado de alegría.
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