241Mi alma se desnuda
despojada de aquello que la pueda opacar.
Se levanta lavada por el mar de la vida
cuyas olas, callando, pretendía ignorar.
Solamente el impulso de llegar allá arriba.
El cantar de la alondra que anunciaba la paz.
La serena belleza del suspiro en lo eterno
y la fuente del día, cuya luz repetía:
¡puedes todo amar!
El ser tradujo el canto que recibe en silencio
con mil notas de fino y suave clamor.
Se fundieron sustancias con el tesón del viento,
uniéndose a mi vida, en un alto del tiempo,
mi destino y el Ente cuyo Ser es Verdad.
¿Qué más puedo pedir?,
¿Qué otra cosa querré?
Si el sutil descampado
donde todo es amado,
he podido vivir.
4 comentarios:
Hola Jorge.
¡Ojalá! supiéramos amar todo lo que nos rodea y nos ha sido regalado.
Tu poema invita a ello.
Saludos.
Maat
JORGE maravillosa tu manera de amar,amar la vida que te han regalado,amar las cosas pequeñas que nos hacen sentir bién,esa es la manera más hermosa de amar.
Besos.MJ
Sí, Maat, a eso aspiramos y a eso llegaremos, pues nuestro ser tiene destinos de infinitud.
Saludos y cariños.
Jorge A Lastra
Mª José, se ama en la medida que uno puede unirse a la Divinidad, de otra manera resulta muy difícil. Pues sin Dios, amamos nuestra dimensión humana con sus luces y sus sombras y, desgraciadamente, éstas últimas son más fuertes que las luces.
Saludos y cariños.
Jorge A Lastra
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