216Puedo plasmar
y quejarme después de ser poeta.
O puedo alejarme de tu imagen
e inventar sin pensar nuevas quimeras.
Puedo, pero no quiero, no pretendo
escapar al horizonte pleno de una vida extraña
donde juegue, con lágrimas de acero,
al cariño de otros seres
que juntan a mi espacio sus deseos.
Puedo, pero pretendo llenar hasta el borde mi vaso
con caminos de hombres que aún conduzcan vida
y no olvidarme nunca del regazo que lleva,
en sus entrañas, la vida mía.
Pudiera hacer tantas cosas si quisiera
que tengo la elección ya decidida;
sólo pretendo pasar llenando el tiempo
de las cosas que tengo más queridas:
las personas que pasan a mi lado
amando, intensamente, el cáliz de la vida.
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