247Poema simple y triste
vive feliz pendiente de sí mismo.
Como caracol cuya casa se arrastraba,
era dueño del mundo que quería.
Pero, ¿por qué hay siempre peros en la vida?:
unció el sol al gallo en la mañana,
de esas donde asoma su sonrisa el destino
y cortó de raíz la bella estancia
y su capa de armiño se tiñó de sangre
color vino.
No murió, no, resulto herido,
con profundas cicatrices en el alma
y su inconcluso ego desasido.
Su verdad se deslizó en espuma.
Su seguridad perdió sentido.
Su mundo se volvió pedazos
y sus íconos rompió vacíos.
Y ahora ya no canta, está desnudo,
revuelto, asombrado y suprimido.
Los que antes lo amaron no lo miran,
si antes alguien lo oyó le cogió hastío.
Como era del pasar, en pasar queda.
Como no era del pensar, no tiene tierra
y la planta que sembró se aplana
en inútil disputa de miseria.
Hoy ya no es porque se ha ido
a sufrir al otro espacio sus querellas.
Ayer vivió con la frente muy alzada,
hoy ya no es siquiera una promesa....
4 comentarios:
Lo he hecho mío,es un fiel retrato de una persona que pasó por mi vida.
El poema precioso.
Un abrazo.
Es tuyo lleva tu nombre, (en subjectivo).
Saludos y cariños
Jorge A Lastra
Me encanta esa profundidad, estas meditaciones sobre la vida, algo que pasa mientras nosotros ¿ESTAMOS HACIENDO QUÉ?
También las fotos, a mí me gusta sacarlas.
Tu blog huele a reposo, al horizonte por donde se ponen los pensamientos.
Un abrazo desde los mares de Extremadura,(de encinas).
Gracias MImi, así es, ya estoy en la edad de la calma. Se bienvenida y descansa cuanto se te antoje.
Saludos y cariños.
Jorge A Lastra
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