189Luzco en la lejanía...
Luzco en la lejanía de un puerto descuidado,
el ambarino acento de sueños olvidados.
Olisqueo la tarde, la noche, y la taberna
cubierta de despojos que el mar deja en su puerta.
Tú que enciendes las horas rehusando mis besos,
en un perenne abismo de luz y de deseo.
Te veo y no te escucho, te oigo y no te siento;
que formas en mi vida sólo el paso del tiempo
y cubres el destino de mis horas de muertos.
Mis horas de muertos, cuando la noche calla
y se escucha el aullido, más bien el lamento
que empuja hacia la vida las almas de los seres
encerrados y ocultos en sus cuatro paredes.
Alarido de miedo con fuerza incontenible
que surge del tormento silencioso del alma
que alimenta el olvido, la carencia y el ansia
del amor no obtenido o del vicio que espanta.
Agujero de odio entrelazando almas que al no poder amar,
se juntan en suspiros guardados ante el mal.
Y en el silencio todo vuelve, o más bien, todo está.
Deja escapar el tiempo y sanará tu alma.
Deja las hojas muertas subir por nuevas savias.
Suelta el camino oculto de tus horas pasadas
y vive en la esperanza del amor que no acaba.
2 comentarios:
Lindas poesias,lindas paisagens!
Saudos, Leo, eu pasei pelos blogs de voçe e tivem a oportunidade de "captar" a sua maneira de pensar.
Mais adiante falaremos d'ísso.
Saudos e minha amizade.
Jorge A Lastra
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