214Me ha llegado un suspiro
en las cosas inmensas del ser.
Me ha tocado en el ente, a mitad de la noche,
y no sé porqué.
Acaricié el espacio donde estaba la vida,
susurré a la distancia un lamento de amor,
confundido en mi todo la luz y los vacíos,
abrí sitio al enigma del por qué sé que soy..
El callado silencio de gritos contenidos
que aterraron el alma del paisaje invernal
y soltaron las furias del rencor disfrazado
en el sitio guardado del no saber amar.
Me sumergí en Tu espuma para limpiar mi fango
y el agua de Tu vida purificó mi ser.
Guadaña del destino que recorta los tiempos
y hace con los hombres un nuevo amanecer.
Y voy por tu sendero esquivando el abismo,
los barrancos de miedos, de dudas y de hacer,
con los ojos llorando lágrimas de fuego,
en un inmenso canto de esperanza y de fe.
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