138Apocalipsis
que hará temblar
de miedo al universo.
Y se vera, la estrella de la noche,
convertida en hoguera
y el clamor de la muchedumbre
angustiada y loca.
¡Ven voz!
¡Ven distante promesa
de la primera vez del hombre!
¡Ven primavera de la vida!
Verdad eminente y radiante despertar.
El mundo espera anhelante la respuesta,
el nuevo mundo,
la nueva fuerza,
la eterna dimensión,
la suave claridad.
Porque, otra vez, la esfera rugirá
en sus sombras.
Otra vez se oirá el grito desgarrado
de los muertos
y las olas de pánico envueltas
en todas las pasiones humanas.
¡Resurge al fin,
amanecer primero!
¡Rehaz de nuevo la eternidad perdida!
El clamor de la sangre llama
a millones.
El fruto del mal está maduro
y pronta la cosecha.
¡Acaba ya!
¡Qué el silencio termine!
¡Basta de cubrir la virgen,
su vergüenza por serlo!
¡Basta de callar el alma ajusticiada
por el vicio!
Que se acabe la mascara del rostro
y surja límpida la faz del alma.
Termina el tiempo
que comience el día.
Y venga serena
la luz infinita.
Porque se cansa el hombre
y se agota la vida.
Y la voz se oirá
del extremo del orbe
al ignorado fin del universo,
para que la oscura
sonrisa de la nada
pueda callar
al oír su nombre.
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