125Me acogí una noche.
y apenas el alba se atrevía a cantar
que rompiendo el silencio las paredes del alma
retomada del tiempo, me despertó la Luz.
Y fue un viento sereno y fue un soplo de calma,
cada cosa en su sitio, cada cosa en su casa...
El pensar se hizo ameno y me envolvió el Amor.
El extraño y voluble silencio de las cosas.
El sentido de todo puesto de nuevo en mí.
La canción de mil tardes y de amores pequeños.
La sonrisa y el canto de la noche fugaz.
Todo se hizo de nuevo.
Todo fue retomado,
como algo vivido y de pronto olvidado,
y donde había antes malestares de vida;
se escuchó un horizonte de infinita verdad.
Y me fui caminando hacia un lado del mundo
donde todo se hunde en mil sueños de paz.
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