VARIOS


ADVERTENCIA

Las fotos que se insertan en este blog son propiedad de: Jorge Eduardo Lastra Nedwetzki (excepto las tres primeras a la izquierda de esta página). Están tomadas en diferentes paises: España, Portugal, Francia, Alemania, Austria y Venezuela. Las de éste último país son de : Arturo Guillermo Lastra Nedwetzki.

La supervisión técnica del blog está a cargo de: David Alejandro Lastra Nedwetzki.

MIS POEMAS FAVORITOS :
180Susurros del viento.181Balada de otoño. 182La oscuridad es el manto. 184He anclado mi barco. 185Toda hermosa. 186Busca el mar. 29El poeta ha muerto.
Después añadiré otros.

Esto, por supuesto, es subjetivo; cada ser tiene su propia percepción y pocas veces somos iguales en ello

Están situados en Octubre 2009, noviembre 2009 y Junio 2006 la última.

ANUNCIO:Estas mismas poesías pueden leerse en:
http://pateremon2.wordpress.com/

Tambien en: http://pateremon2.tumblr.com/


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miércoles, 25 de abril de 2012

284 cuarenta años de duda...




Cuarenta años de duda y de recelo.
Veinte de dolor y sobresalto;
si quieres venir para aliviarme
decide ya 
¡lo espero tanto!

Sé de donde viene la dureza,
del alma cansada de caer
y de la vida de olvido que he llevado.

Vuelve a dar luz a quien suspira,
por encontrar la puerta del soñar
y abrir las esclusas de la dicha:
¡decide ya!

No resisto, no aguanto, no lo acepto
y sin embargo debo proseguir,
desplegando mis alas en el viento...
¡Vuelve a mí!

Subiré a la cima donde vaga
la nube que sabe del pasar
y bajaré a la tierra en gotas de agua...
¡Vuelve ya!



martes, 24 de abril de 2012

283 La mañana..




La mañana se teje en hilos de la aurora.
Y el arpegio de plumas rezuma entre las ramas.
La vida cosecha recintos de colores
y el hombre calla…
Vivir es algo tenue, suave y de constancia,
es caja de sorpresas,
papel de albas.
Los seres escribimos con signos y distancias,
nuestro pasar del tiempo,
sobre la hora blanca.
Del instante impoluto que aguarda siempre en calma,
surge el camino recto o la senda curvada
que escuda la distancia
donde el ser se rehace o pierde la esperanza
en el transcurrir dúctil y lento del alma.