118 Ausente, lejano y yerto (del libro Temas 1977)
Ausente, lejano y yerto,
cual querías.
Cansado, un rictus amargo, vano
que incrimina.
Una soledad sin fin
de caminante callado.
Un eco de un ser amado
y una pena.
Un aire de reina enferma.
Lujosa su flor hermana.
Y un aire triste suspira
junto a su boca callada.
De profundis, de profundis,
un eco que llega al alma.
El tiempo de fe perdido
triste llama.
Me pregunta y la respuesta
se me escapa.
La joven tiene en los ojos,
lluvia de azucenas blancas;
la joven pasa sin verme,
la niña huye y escapa;
y la miro sin sentirlo,
cansada tengo ya el alma,
mis sentimientos heridos
al rictus doliente, callan.
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