24 La figura me era ajena.(del libro Transparencias 1973)
Su cara estaba sombría.
Sus ojos tenían alma.
Su cuerpo tenía vida.
Me miró con pena y miedo;
me le enfrenté cohibido,
la noche daba en su cara
dejando surcos de frio.
Sus ojos se me clavaron
buscando un algo en los míos:
eran pupilas de acero
que acusaban y pedían.
Vino hacia mí muy inquieta,
le vi la cara llorosa
y sin pensarlo siquiera:
sentí en mi boca su boca;
fue rápido como el viento.
¡Ah! ¿Si supiera el por qué?
No se que pena tenía.
Sé que al besarme... se fue.
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