154Volver a Tí
que frisa el nombre de infinito;
tocar con las alas del pensamiento
la dicha de alcanzar el bien perfecto.
Allí el arrullo del feliz retorno
toma vida sin sonar a muerte
y el hacer de las cosas se supera
con el prístino fulgor de la verdad perdida.
Tú escondido canto de ilusión y paz,
hoguera de perfume imprescindible,
augurio de tiempos innombrables,
renacidos a la fe de la esperanza en la dicha,
del amor profundo donde moras escondido.
Tú, mi camino, sendero sin igual, luz del sentido.
Caricia del tiempo y de lo eterno en el Ser
que despliega su sonrisa.
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