285 HABÍA...
Había aprendido a escuchar en silencio
la palabra suave que me hablaba de amor,
pero ahora callada no me llega su acento.
¡Estoy solo Señor!
Había tenido la dicha de encontrarte
y el resplandor del cielo brilló sobre mí,
ahora está escondido y no alumbra el desierto.
¡Estoy pobre Señor!
Había penetrado mi vida sin saberlo,
juntando en mi destino la luz de Tu verdad,
ahora no percibo sino llanto y lamentos.
¡Ya no puedo llorar!
Había encerrado mi bien con una puerta
que cuando sufría me dejaba pasar,
ahora está cerrada con cerrojos sin cuenta.
¡Y ya no puedo entrar!
¿Volverá?
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