275 Entonces compañera...
aterido de frío por los aires de otoño
y las brisas del mar,
con las luces del alba despertando horizontes
y las risas antiguas desguazando verdad.
Cuando nazcas de nuevo en las alas doradas de mi
séptimo olvido y canto mayor;
volverás con recursos de fe ya perdidos,
donde nace el amor.
Juntaré los olvidos, luces en la distancia,
mil sueños fenecidos en rostros de mujer,
en riadas de versos
que nunca fueron dichos
e imposibles destellos de furia y de placer.
Cuando el tiempo fenezca, cerca de tu utopía
y no vuelvas, quizás, a sentir tu dolor,
como aguja viviendo de todo lo pasado:
clavarás la retina donde mora tu rostro,
tu diadema mayor.
Y luego cuando pases a caminar sin vida
por los prados augustos de estrellas en paz,
sin lucero ni guía, sin pasado ni besos,
sin destino ni cantos, sin pasión ni deseos,
sin sentidos ni pesos:
entonces compañera...
entonces compañera...
sólo podrás amar...
2 comentarios:
Echaba en falta tus letras, tus poemas.
Me encantan.
Sólo cuando nos despojemos de los miedos, de las turbaciones podremos amar?
Un abrazo
En efecto,Princesa,has entrado en la esencia del poema, sólo cuando estemos despojados de todo, el amor invadirá el alma.
Saludos y cariños
Jorge A Lastra
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