257Un día de verano.
reválida de huesos carcomidos,
solos tu y yo;
me pregunté:
¿de qué acero estoy hecho?
Y tú me respondiste: de carne desvalida.
Pedí la grandeza de montañas
y tú me hiciste semilla de trigales;
en fin, cuando pedía, tú me mostrabas
la fragilidad de mi ser
y de mi nada.
Cuando quería me dabas el aire, el calor
y la desdicha.
Si mostrabas tu amor yo lo ignoraba.
Si pedías mi amor te lo escondía.
¿Cómo puedes soportar mi vida?
¿Cómo tienes paciencia de mis actos?
Pero donde existe la luz todo se aclara,
así mi viaje buscará tu signo;
donde escogiste morir para vengarnos,
del abismo de mal que realizamos..
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